¿Es una realidad que Cristo resucitó, o es un mito que se inventaron los cristianos del primer siglo? ¿Podemos fiarnos de lo que la Biblia dice en cuanto a que “Cristo murió por nuestros pecados… y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”? (1ª Corintios 15:3). Es muy importante tener clara la respuesta a esta pregunta, porque… “Si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también nuestra fe” ¡Somos los más desdichados de todos los hombres! Así pues, vamos a dar respuesta a esta pregunta mostrando 4 evidencias fundamentales.
La prueba de la tumba
Lucas 24:1-3 señala expresamente que las mujeres que fueron al sepulcro vieron que la piedra de la tumba estaba removida y el cuerpo de Jesús no estaba allí. ¿Qué es lo que había ocurrido? ¡Jesús había resucitado! ¡LA TUMBA ESTABA VACIA!
La prueba de los lienzos y el sudario
La tumba estaba vacía, pero en su interior estaban todavía “los lienzos y el sudarios” con los que habían envuelto el cuerpo de Jesús. Ver Juan 20:3-8. Juan (testigo presencial de los hechos), dice que él y Pedro al enterarse por María Magdalena que la tumba estaba vacía, salieron corriendo para comprobarlo. El primero que llegó fue Juan, y al llegar se “inclinó a mirar, y vio los lienzos puestos allí, pero no entró”. Pronto llegó Pedro que venía detrás de él, y, “entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte”. Entonces, Juan, que se había quedado a la puerta “entró también… al sepulcro; y vio y creyó” (Juan 20:4-8). ¿Qué creyó? Que Cristo había resucitado.
La prueba de los testigos presenciales
El Nuevo Testamento registra al menos diez ocasiones en las que se mencionan testigos que vieron a Jesús después de su muerte. Esta es una de las mayores pruebas de la resurrección de Cristo. Cuando uno observa la actitud de los discípulos durante la crucifixión de Jesús, ve a hombres acobardados, incrédulos y tristes, que huyen al ver que su Maestro es crucificado. Después de su resurrección, están decididos a arriesgar su vida por el Nombre de Jesús. ¿Qué es lo que produjo este cambio en sus vidas? ¿Cómo se puede explicar el valor de su fe?, ¿el poder con que hablan y obran?, ¿el gozo que llena sus vidas? Sólo hay una explicación: La resurrección de Cristo.